El
sedentarismo y los gases son los peores enemigos de tu cintura. Te enseñamos a
combatirlos
1.
Cuida tu flora intestinal. Los malos hábitos, alimenticios o la ingesta de
determinados fármacos pueden agredirla. Para ponerla a punto prueba preparados
ricos en bacterias lácticas, como el Transbifidus (toma un vial antes de cenar
durante 20 días), o en fibra y bacterias, como Fiberdetox (una cucharada con la
comida).
2.
Aprende modales. Recuerda los consejos de tu madre: mastica despacio, camina
derecha y aprende a respirar sin distender el abdomen. Y olvídate de mascar
chicle: el sorbitol que lo edulcora es poco absorbible por el intestino por lo
que provoca gases.
3.
Varía tu dieta. En casos excepcionales, puedes incluir en tu dieta 20 g diarios
de harina de algarroba, que disminuye la fermentación intestinal. Pero no
abuses de su uso porque limita la absorción de otros nutrientes.
4.
Hazte una infusión. El rey contra la hinchazón abdominal es el anís, hasta la
OMS lo reconoce. Infusión a 2,5 g de anís triturado en agua hirviendo durante
10 minutos. Otros remedios a la taza pueden ser la infusión de hojas de
albahaca (2-3 g de hojas secas por cada 150 ml de agua) o de alcachofera (5 g
de hojas frescas por 150 ml de agua).
5.
Muévete. Para recuperar tu cintura, haz este sencillo ejercicio: de pie, con
las piernas abiertas, alza el brazo derecho por encima de la cabeza e intenta
flexionar lateralmente el tronco hacia la izquierda. Cambia el brazo y flexiona
hacia el otro lado. Repite cuatro veces y ve aumentando cada semana el número
de repeticiones.
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