Las personas que
consumen refrescos regularmente tienen mayor susceptibilidad genética a padecer
obesidad y a tener un Índice de Masa Corporal (IMC) elevado, según indica un
estudio que se publica en la revista New England Journal of Medicine. El
estudio refuerza la idea de que los factores genéticos y ambientales pueden
interactuar y producir un mayor riesgo de obesidad.
Los investigadores,
de la Universidad de Harvard (EEUU), analizaron los datos de más de 30.000 personas
de ascendencia europea y cuyo genotipo estaba disponible en alguna base de
datos.
Los participantes fueron divididos en cuatro
grupos según su consumo de bebidas azucaradas: menos de una bebida mensual,
entre una y cuatro al mes, entre dos y seis por semana, y una o más al día. Los
resultados revelaron que, en las personas pertenecientes al último grupo, el
efecto genético sobre el IMC y el riesgo de obesidad era aproximadamente el
doble que en las personas que consumían menos de una bebida al mes.
Esto sugiere que el consumo regular de este
tipo de bebidas puede amplificar el riesgo genético de padecer obesidad.
"Y esto también quiere decir que la predisposición genética a la obesidad
también se puede `corregir´ si consumimos comida y bebida más saludable",
afirma Frank Hu, uno de los autores de la investigación.
FUENTE: http://www.muyinteresante.es
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